Se trata de seis jóvenes colombianos y un menor argentino que habían llegado a Cadiz bajo la falsa promesa de probarse en clubes de fútbol del país europeo, y hasta este momento, detuvieron a tres personas.
Todo comenzó cuando en el pueblo que pertenece al municipio de Cadiz se inició una sospecha hacia un hombre que había alquilado una casa en las afueras de la ciudad para llevar a cabo un supuesto proyecto futbolístico hace un tiempo. Luego, las sospechas de los vecinos para con el supuesto entrenador deportivo, se volvieron realidad, ya que no existía ningún proyecto futbolístico, y estaban hablando de un explotador sexual que había convencido a siete jóvenes sudamericanos para que viajen a España con el fin de tener oportunidades en el mundo del fútbol europeo.
En las últimas horas, la Guardia Civil llegó al lugar para finalmente llevar a cabo la operación Promises, en la cual se detuvieron a tres personas y se liberaron a los deportistas sudamericanos, entre los que había un menor nacido en Argentina, y según la información, el resto eran nacidos en Colombia.
La realidad es que según las versiones iniciales, todo indicaría que los deportistas viajaron al país europeo asesorados por un supuesto entrenador (que se menciona como J. en los informes) y un teórico Ojeador (con la inicial de D.). Estos dos hombres les ofrecían alojamiento y los medios para probarse en clubes de la zona a los jóvenes. Pero, según aseguró la Guardia Civil, el final de esta horrible situación era completamente diferente, ya que los deportistas eran incitados a prostituirse.
Esto fue llevado a cabo en el municipio de Prado del Rey, que tiene apenas 5.000 habitantes y que está ubicado a más de una hora de la ciudad de Cadiz, la cabecera de esa provincia situada al noroeste del país. Los siete futbolistas, que ya fueron liberados, estaban alojados en el segundo piso de una casa ubicada al lado de la estación de autobuses, muy cerca de un campo de fútbol, y según asumen los vecinos, habían aprovechado la azotea de ese lugar para entrenarse durante el período de cuarentena por la pandemia.
Fue justamente a partir de las sospechas que tenían los ciudadanos, que se alertó a las autoridades, y hacía un mes que la Guardia Civil había iniciado una investigación. Además, estos últimos habían reconstruido la historia, y rápidamente descubrieron que las familias de los jóvenes se endeudaban con prestamistas que cobraban grandes intereses para facilitar el viaje y una vez que se encontraban en Cadiz, miembros de la organización se encargaban de trasladarlos desde el aeropuerto hasta la casa en Prado del Rey.
Luego de eso, el disfraz del éxito deportivo se desvanecía, ya que les retuvieron la documentación y les quitaron el poco dinero que tenían encima para poder tenerlos controlados. A través de la excusa de "no encontrar equipos de fútbol", los incitaban a ser protagonistas de chat sexuales como una alternativa para poder cubrir sus gastos, y esto siempre estaba bajo el mando del líder de esta organización. Además cabe destacar que existían viajes a otras localidades de Cadiz y Sevilla, esto actualmente está siendo investigado ya que podrían ser también parte de la red de explotación sexual que traspasaba lo meramente virtual.
Según los informes de los medios españoles, no sucedía todo allí. La realidad es que sí había un pago por estos hechos, y los cabecillas de este clan delictivo se aseguraban de quedarse con el dinero y además amenazaban a los siete muchachos con contarle a sus familias en Sudamérica, de esta manera, ellos serían sometidos psicológicamente.
“Los jóvenes entrenaban en la azotea. Pasaban y se les veía la tristeza en la cara”, contó un vecino de la casa donde los tenían reclutados al medio La Voz Digital. “Llevaban las botas de fútbol y eran amables y educados”, aportó otra persona que vivía en el rango vecinal. Cabe resaltar que ninguno de los que brindaron su testimonio, quiso acompañarlo con su nombre por el medio a lo sucedido, y aseguran que uno de los jóvenes llegó a trabajar temporalmente en un bar de la zona.
Las autoridades hicieron cada vez más prominente su desconfianza y de esa manera comenzaron a acercarse a ellos. Asimismo, las sospechas de la existencia de algo extraño detrás de su historia, incluía la creencia de que estaban alojados en condiciones inhumanas y que, debían mendigar por momentos para comer según destacó La Voz de Cadiz. Quienes llevaron a cabo esta investigación, les ofrecían a los futbolistas comida y buscaban encontrar una sintonía de confianza para que ellos mismos revelen lo ocurrido para agilizar el proceso policial. “Han estado aproximadamente siete meses en Prado del Rey. Empezamos a trabajar con ellos desde los servicios sociales para ver cuáles eran sus necesidades. Ahí vimos pequeños índices que algo no iba bien", informaron autoridades del pueblo.
“Se encontraban en una circunstancia totalmente vulnerable. Han venido totalmente engañados y estafados por estos presuntos delincuentes. Una situación dramática que ha caído en nuestro pueblo como un jarro de agua fría”, declaró la alcaldesa Vanesa Beltrán Morales en diálogo con TN, y fue en ese momento cuando ella confirmó que el único menor del grupo es argentino.
“Estos chiquillos venían como un proyecto futbolístico, los metían en una vivienda y debían pagar una suma fija al mes. Como no podían satisfacer ese dinero porque no tenían empleo y cómo reportarle económicamente, supuestamente obligaban a estos jóvenes a prostituirse”, concluyó Beltrán Morales.
Comentarios
Publicar un comentario