Cerca de 43.000 espectadores asistieron sin ningún tipo de restricción, a lo que iba a ser la victoria de los Blues de Auckland ante a los Hurricanes de Wellington por 30-20 en el mítico Eden Park ubicado en Auckland, en el marco del nuevo Super Rugby Aotearoa.
Hay que admitir por otra parte, que Nueva Zelanda consta de cinco millones de habitantes y fue puesto como ejemplo de la lucha contra el coronavirus, con solo 22 muertos, y el día lunes pasado ya se levantaron las últimas restricciones. El país no registra casos de contagio de coronavirus desde hace más de tres semanas. Y esta semana se anunció que el país no cuenta con ningún caso activo.
El Super Rugby Aotearoa es una versión reducida del Super Rugby en el cual normalmente se enfrentan equipos de Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Argentina y Japón, y recordemos que este año se suspendió por la pandemia de coronavirus.
Ante la suspensión del torneo internacional, las autoridades neozelandesas decidieron organizar el campeonato Super Rugby Aotearoa, el cual será disputado solamente por los cinco equipos de dicho país, sustituyendo temporalmente a la competición que se venía realizando.
No olvidemos que las altas temperaturas no impidieron la concurrencia del público, muy por el contrario, hay que resaltar que los 43.000 espectadores de Auckland se suman a los 20.000 que se juntaron el sábado en Dunedin, lugar en el que el rugby completó su regreso a los estadios sin restricciones para los espectadores en el triunfo de la franquicia local Otago Highlanders sobre los Waikato Chiefs por 28-27.
Un dato interesante, es que todos los flashes estuvieron puestos en Beauden Barrett, de 29 años y estrella de los All Blacks, que disputó su primer partido con los Blues ante su antiguo equipo, donde el mejor jugador del mundo en 2016 y 2017 militó entre 2011 y 2019. Asimismo, los Blues se reforzaron con la leyenda Dan Carter, de 38 años, doble campeón mundial y tres veces mejor jugador del mundo.
La realidad es que fue un partido muy disputado, pero gracias al acierto con el pie de Otere Black, autor de 15 puntos, los Blues pudieron imponerse.
Por supuesto que en este regreso Yam esperado no faltó la emoción; el partido se definió a favor del local 28-27 en el último minuto con un drop de Bryn Gatland, hijo de Warren Gatland, entrenador del equipo perdedor. El jugador se había quedado afuera de los 23, pero la lesión del titular Josh Ioane lo habilitó para finalmente formar parte del banco de suplentes. ¿Cómo se enteró su padre? Por un mensaje de texto durante una cena familiar, donde el hijo anticipó que anotaría el drop ganador.
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