La expansión del COVID19 ha arrasado con el calendario de todos los deportes, y en este caso involucra al tenis internacional, con los circuitos de la ATP y la WTA, que están paralizados desde marzo. Por su parte, Roland Garros fue pospuesto a finales de septiembre, mientras que Wimbledon se canceló por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Con el objetivo de intentar asegurar que se disputen los torneos de tenis pese a la pandemia de coronavirus, la Asociación de Tenis de los Estados Unidos envió una propuesta para que el Masters 1000 de Cincinnati se dispute esta temporada en Nueva York antes del US Open.
El diario The New York Times informó que los circuitos masculino (ATP) y femenino (WTA) se encuentran analizando la propuesta, que en caso de ser aprobada, se permitiría que tenistas extranjeros puedan quedarse en un mismo lugar durante las dos competencias, para minimizar los riesgos de contagio viajar en medio de la pandemia.
En caso que todo esto salga bien, el Masters 1000 de Cincinnati mantendría su fecha del 17 al 23 de agosto siendo así la previa a la clasificación del Abierto de los Estados Unidos, que comenzaría el 31 del mismo mes. Los dos torneos se desarrollarían en el National Tennis Center Billie Jean King, la sede tradicional del US Open, en Flushing Meadows, y los jugadores estarían en lugares cien por ciento controlados ante el temor por coronavirus.
La realidad es que celebración del Abierto generó muchísima incertidumbre tanto en los jugadores como en los dirigentes y aficionados, porque el desarrollo del covid-19 Estados Unidos, cuyo epicentro ha sido Nueva York, es muy preocupante.
El mes pasado, mientras se exponía que se estaba trabajando insaciablemente en planes fuertes para proteger al Grand Slam del impacto de la pandemia, investigaciones periodísticas indicaron que la sede podía pasar a ser Florida o California. La realidad es que se presume que la USTA tomará la determinación final en los últimos días de junio.
Por su parte, el New York Times también mostró que aún están latentes las dudas entre muchos jugadores de tenis acerca de la posibilidad de viajar hacia Nueva York, a disputar un torneo que por el momento será sin público en las tribunas.
Esto marcará una gran diferencia, ya que recordemos que la temporada pasada, al US Open asistieron cerca de 740.000 espectadores, un récord para el Grand Slam estadounidense, mientras que Roland Garros recibió a 520.000 personas. También se supo que los organizadores del US Open analizan un protocolo: jugarlo sin público, al mejor de 3 sets, sin modalidad de dobles ni de tenis adaptado, con lo cual se reduciría la cantidad de alcanzapelotas y de jueces de línea.
Por otra parte, los jugadores se harían testeos diarios, además viajarían con un solo acompañante y en vuelos privados que proverá la organización, además estarían alojados en el mismo hotel. Cabe destacar también, que ninguno de los jugadores tendría a disposición los vestuarios de las canchas.
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